Es innegable la popularidad de las tarjetas de crédito en las transacciones comerciales; en España, siguen siendo una de las opciones más elegidas, tanto en tiendas físicas como para el comercio electrónico. Sin embargo, su popularidad y aceptación no las exime de tarifas y comisiones que, inevitablemente, repercuten en el precio final que paga el consumidor.Cuando se hace un pago con tarjeta de crédito, el protocolo de pago implica varios pasos e involucra a varios participantes. Primero, el comercio debe solicitar la autorización de pago al banco emisor de la tarjeta. Luego, se efectúa la transferencia de fondos del banco emisor a la cuenta del banco adquirente, que es donde el negocio tiene su cuenta comercial. Y, desde enero del 2021, para las compras online además se debe realizar la autenticación del comprador como medida adicional de seguridad.Vemos entonces que en un pago con tarjeta intervienen varios actores, y que cada uno cobra una comisión por el cobro con tarjeta. Analicemos las repercusiones de este modelo.
¿Qué son las tarifas comerciales de las tarjetas de crédito?
En el comercio electrónico, al igual que en las tiendas físicas, los negocios deben abonar una tarifa comercial para poder aceptar pagos con tarjetas de crédito. Dentro de esta tarifa, el comercio deberá afrontar, como mínimo, las siguientes comisiones:- comisión de adquirencia, que es la que cobra el banco del negocio por brindarle el servicio de pago por tarjeta;
- comisión de red, que es la que cobra la red de tarjetas por ofrecer la infraestructura, y
- comisión de intercambio, que es la que cobra el emisor.




